LAVANDA/ ESPLIEGO
Nombre botánico: lavanda latifolia
Parte destilada: flor
Principales componentes: cineol, alcanfor, linalool
Descripción: La lavanda crece en la cuenca mediterránea, pero hoy en día se cultiva en muchos sitios. Su nombre botánico “Lavandula” viene del latín ‘lavare’, ya que los romanos utilizaban las flores para perfumar la ropa y los baños. En la Edad Media se usaba además por sus propiedades antisépticas. El aceite esencial de lavanda es uno de los más conocidos y utilizado en el mundo. Se ha considerado una panacea debido a su gran valor terapéutico. Es especialmente eficaz para tratar problemáticas nerviosas (estrés, ansiedad, insomnio) y para problemas dermatológicos, en particular dermatosis.
Propiedades terapéuticas:
Potente antiespasmádico Antiinflamatorio, analgésico Antibacteriano y antiséptico
Calmante, relajante, sedante
Antidepresivo, ansiolitico equilibrante de las emociones
Regulador del sistema cardíaco
Tónico y regenerante cutáneo, cicatrizante
Repelente de insectos natural
Indicaciones terapéuticas:
Ansiedad, estrés, agitación, nerviosismo, insomnio, depresión, hiperactividad, hiper-emotividad,
Asma nervioso, tos espasmódica, espasmos musculares, rampas, contracturas
Acné, eczema, psoriasis, prurito, quemaduras, heridas, llagas, estrías
Artrosis, artritis
Dismenorrea
Migrañas, cefaleas
Bienestar psico-emocional: El aroma del aceite esencial de lavanda en difusor es suave y reconfortante. Alivia las penas, y aporta consuelo. Está especialmente indicado para las personas que sufren de carencia afectiva y para los que son hipersensible o hiper-emotivos. Ayuda a desconectar la mente y ayuda a la meditación.
Precauciones de uso: Desaconsejado durante los tres primeros meses del embarazo. Estas propiedades y aplicaciones se han obtenido de obras de referencia en aromaterapia. Toda la información de esta página tiene carácter meramente informativo. Consulte a su médico o profesional de la salud formado en aromaterapia para un tratamiento terapéutico específico y adecuado.