
Es el tiempo de las solanáceas. Tomates, pimientos, patatas, tabaco, berenjenas. …..toda una familia de plantas originarias de tierras lejanas, propias de climas más bien tropicales.
Incluye plantas alimentarias pero también ornamentales como las petunias. Tienen algo en común: Son ricas en alcaloides y algunas son muy tóxicas, como la belladona o la mandrágora. ¿Estamos plantando plantas tóxicas?
Los alcaloides de las solanáceas
Prácticamente todas las plantas, incluso las consideradas más beneficiosas por la salud, tienen algún componente tóxico. En bajas dosis, pero lo que tiene un potencial tóxico puede ser beneficioso para nuestra salud o bien para la salud de nuestro campo. Pero primero debemos entender que son los alcaloides.
Los alcaloides son compuestos orgánicos nitrogenados, básicamente de origen vegetal que las plantas fabrican para defenderse de los depredadores. Los alcaloides en bajas dosis son medicinales pero en altas concentraciones pueden ser tóxicos e incluso mortales.

La familia de las plantas solanáceas tienen en común que contienen solanina y otros alcaloides. Se trata de un alcaloide tóxico que fabrican las plantas como fungicida y plaguicida para defenderse de posibles depredadores. Por ejemplo en los gajos de las patateras o bien en su piel cuando se vuelve verde se concentra solanina, por eso es necesario pelarlas bien antes de consumirlas. La solanina también se encuentra en los tomates verdes, por eso no es bueno comérselos crudos, en todo caso bien cocidos. Los maduros ya no tienen prácticamente, pero el tomate cuanto más sano está es cocido, en un buen sofrito.
Los pimientos contienen capsaicina y el tabaco contiene nicotina que también son otros tipos de alcaloides. La nicotina de la planta del tabaco actúa como un auténtico veneno para los pequeños insectos que vuelan por el huerto y se convierte en una auténtica trampa mortal. Por eso en el Parque plantamos el tabaco a modo de insecticida vivo.
El nombre de solanáceas podría derivarse del verbo latino solar que significa calmar, haciendo referencia a las propiedades psicoactivas calmantes de algunas de las especies de la familia, como la adormidera (Papaver somnifereum).
